Los grandes centros comerciales, invierten grandes sumas de dinero, para garantizar una amplia valla publicitaria que es el éxito del negocio.
Algún día, cuando no podamos ver más los Farallones de Cali, cuando no sintamos más la brisa de las tardes caleñas, cuando sólo nos podamos refugiar en la sombra de las vallas publicitarias, participaríamos activamente y como ya lo hizo Antanas Mokus, tumbaríamos las vallas de más de una avenida.
Las enormes vallas que llegaron de las grandes autopistas norteamericanas, se adueñaron de los techos que circundan las estrechas avenidas de nuestra Cali.
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